Para elevar tu nivel de competitividad y lograr mejorar continuamente en los distintos procesos y áreas, todo negocio se debe preocupar por medir y hacer seguimiento a aquellos datos e indicadores que sean considerados constantemente los más críticos.
Para crear un marco referencial donde poder comparar su evolución y desempeño en relación a otras etapas, y así ser conscientes de si las dediciones y los planes que se han sido tomados dieron resultado o si deben ser replanteados.
Ya sabemos lo que es el benchmarking y ¿ahora?
El benchmarking es mucho más que compararse con otros o copiar las prácticas más adecuadas, ya que para muchos el benchmarking se reduce a un tipo de análisis comparativo y para otros se trata de imitar o copiar las prácticas más adecuadas de otras empresas.
Si bien ambas se relacionan con el concepto, es erróneo confundirlo con una acción específica que para ser efectiva, debe ser concebida como un proceso que sigue una serie de pasos y que además se somete a una evaluación continua, para dejar en evidencia que realmente da resultados.
Los puntos a considerar en benchmarking son:
Tener en cuenta qué aspectos se someterán al benchmarking
Prácticamente todos aquellos aspectos que se deseen mejorar y que puedan ser comparados con otras empresas, pueden ser sometidos a benchmarking. Como aspectos que se relacionen con el producto, ya sea el empaque, el diseño o sus funcionalidades, las estrategias de venta, el servicio al cliente o aquellos que se relacionen con la promoción de los servicios/productos que son ofertados.
Seleccionar las empresas que se analizarán
Una vez se determinan los aspectos que se quieren mejorar, se deben determinar las empresas competidoras, que nos sirven como referentes ya que resaltan en las cosas que se quieren mejorar.
Determinar la información que requerida y su forma de recolección.
Una vez que se establezcan las empresas o los benchmarks que serán usadas como un punto de referencia, debemos determinar qué tipo de información reuniremos y como lo haremos.
Tipos de benchmarking
Habitualmente cuando hablamos de benchmarking, inmediatamente se piensa en otras empresas con las que es posibles llevar a cabo el proceso antes mencionado, pero aparte del benchmarking competitivo en el que se enfocan las empresas de una misma industria o el benchmarking funcional, donde se toma como referencia a las organizaciones de sectores totalmente distintos, el benchmarking interno puede ser también una manera de empujarse en lo bueno que se hace dentro de la organización de las empresas y así conseguir mejoras fundamentales.
El benchmarking y el espionaje
En un intento de saber lo que hacen las otras empresas algunos negocios cometen graves faltas desde un punto de vista más ético, como en el caso de ciertos escándalos, en los que algunas empresas de renombre llegaron a pagar grandes cantidades de dinero a los empleados de su competencia a cambio de que le dieran información confidencial que revelara el secreto que les permitía ser exitosas.
Conclusión
Mantener un buen nivel competitivo, conseguir una mejora continua y analizar a la competencia resulta ser clave.
Entre otras cosas, porque esto permite a las empresas determinar cuales es su competencia son las más fuertes, en esos aspectos que deben mejorar, y así a través del benchmarking, introducir algunas mejoras que logren un mejor desempeño en esos aspectos.